Desnudar el corazón y cobijarse de consciencia

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Durante el encuentro, el / la acompañante, genera una atmósfera de atemporal confianza, desde el silencio, la empatía y la presencia.

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El espacio se abre dedicándole unos instantes a la respiración (ejercicio primordial para ubicarse en el momento presente)

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El siguiente paso está en manos de la persona que expresa con total libertad su incomodidad, después de una pregunta puntual.

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El guión se va construyendo en conjunto; todo es espontáneo y aún así sincrónico.

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Poco a poco y conforme transcurren los minutos, se perciben los primeros atisbos del llamado "darse cuenta" que surgen del núlceo

de la consciencia o inteligencia del alma.

 

Siendo entonces, los maduros frutos que se obtienen de la jornada, la lucidez y la comprensión.

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