Uno de los más recientes estudios de la neurociencia sobre creatividad y meditación lo llevó a cabo un grupo de investigadores del Instituto del Cerebro y el Conocimiento de la Universidad de Leiden (publicado en abril de 2012 en la revista Frontiers of Psycology)
Esta investigación se centró en determinar el posible impacto sobre la creatividad de la práctica de la atención focalizada en comparación con la de monitoreo abierto (ambas técnicas utilizadas en la meditación budista y en otros estilos de meditación)
Aún reconociendo que hay varios aspectos que intervienen en el proceso creativo, evaluaron dos componentes fundamentales el pensamiento divergente y el convergente.
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El pensamiento divergente permite a la consciencia y al cerebro abrir un espacio para la generación de nuevas ideas, nuevos enfoques, moviendose entre diferentes planos y perspectivas. Uno de los métodos que se usa para comprobarlo es solicitar a los voluntarios que, en un plazo estipulado, propongan diferentes usos para un mismo objeto.
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El pensamiento convergente por su parte demanda al cerebro la producción de una respuesta correcta para resolver un problema específico, requiere lógica y velocidad. Es más lineal. Para verificarlo se utiliza el método asociativo, pidiéndole los participantes, por ejemplo, que busquen un denominador común entre 3 palabras que aparentemente no tienen relación entre sí.
La conclusión fundamental de ese estudio es que cada tipo de meditación tiene un efecto distinto sobre la creatividad:
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la práctica del monitoreo abierto propicia que la mente racional suelte el control, promoviendo el pensamiento divergente; mientras que:
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la práctica de la atención focalizada no mostró resultados concluyentes respecto al incremento de respuestas positivas en las pruebas realizadas.
Evidentemente ser creativo requiere dar rienda suelta a la imaginación pero también precisa de planificación, acción y ejecución, por lo que ambos tipos de pensamiento son importantes para transformar una idea en realidad, para pasar de la inspiración a un producto innovador.
De hecho, Alice Flaherty, una experta en creatividad, subraya se necesita un cierto equilibrio entre la actividad frontal y temporal de ambos hemisferios del cerebro.
Es decir, es necesario incrementar la actividad del hemisferio derecho o disminuir la del izquierdo para que ambas se encuentren en armonía, no inhibir una u otra, sino complementar sus funciones.
